Los hábitos tienen una influencia importante en el éxito de la pérdida de peso a largo plazo y en nuestro bienestar.
Nuestros hábitos se componen de pequeñas cosas que hacemos como parte de nuestra vida diaria, a menudo sin darnos cuenta o pensar mucho en ellos. Estos hábitos diarios pueden tener un efecto importante en nuestros objetivos de pérdida de peso y, lo que es más importante, en mantener los resultados de la pérdida de peso.
¿Qué Es Un Hábito?
Un hábito puede ser cualquier cosa que hagamos lo suficiente para que la actividad sea prácticamente automática. Puede ser un beneficio o una desventaja, según cuál sea el hábito y cómo se ajuste a nuestros objetivos. Por ejemplo, repetir opciones de estilo de vida saludables hasta que se conviertan en un hábito puede ayudar a que el mantenimiento del peso sea casi sin esfuerzo. Por otro lado, los hábitos poco saludables pueden sabotear el éxito con el tiempo. Debido a que un hábito es algo que hacemos sin pensarlo mucho, puede ser difícil darse cuenta cuando los hábitos se interponen en el camino de nuestros objetivos de bienestar.
Los hábitos son el núcleo de todo lo que hacemos. Es importante comprender cómo estos hábitos afectan nuestra vida para poder cambiarlos o utilizarlos en nuestro beneficio.
El Poder De Los Hábitos
Cualquier estrategia que se base en el poder de los hábitos en la vida diaria puede ser eficaz para apoyar el éxito de la pérdida de peso a largo plazo y los objetivos generales de bienestar.
Aproximadamente el 40% de todo lo que hacemos sucede en un ‘autopilot’, como cepillarse los dientes antes de acostarse a dormir. Charles Duhigg, autor de 'Power of Habits', ganador del premio Pulitzer, escribe que, en la raíz de todos los hábitos se encuentra un simple circuito de 3 partes.
La señal - es lo que nos impulsa a hacer el hábito, por ejemplo, tomar una taza de café todas las mañanas a las 6 AM.
La rutina - es el comportamiento con el que nos involucramos automáticamente, por ejemplo, para tomar un café, podría ser ir a la cocina, encender la cafetera y presionar el botón mientras sacamos la misma taza, la leche y el sobre de Stevia para endulzarlo.
Por último, recibimos una recompensa por completar la rutina, como el rico aroma del café, su buen sabor y ver cómo el vapor se levanta de la taza cuando la asientas en el mesa del comedor.
Lo interesante es que la actividad de nuestro cerebro solo aumenta dos veces durante este ciclo. Al principio, para averiguar en qué hábito participar, y al final, cuando se refuerza el vínculo entre la señal y la rutina. Así es como se construyen los hábitos: el refuerzo del vínculo entre la señal y la rutina; y cuanto más fuerte se vuelve este vínculo, más difícil se vuelve cambiarlos.
Naturalmente, cuanto más seguido reforzamos un hábito, más se 'incrusta' en nuestro cerebro.
En el caso del café, lo deseamos en el momento en que nos levantamos, y cuando no podemos tomarlo por la mañana por el motivo que sea, lo más probable es que nos pongamos muy gruñones e irritables.
Cambiar Nuestros Hábitos Lleva Al Éxito A Largo Plazo
Si pretendemos romper con los viejos hábitos, crear nuevos hábitos o un poco de ambos, debemos tener en cuenta que nuestros hábitos son una parte clave de la creación de un estilo de vida saludable y sano que apoye el nuestro bienestar.
¿Pero podemos realmente romper viejos hábitos? La respuesta es no. En lo personal, no creo que podamos.
Con demasiada frecuencia pensamos en el cambio de hábito en términos de 'romper' un hábito, y esa es exactamente la forma incorrecta de pensarlo. Una vez que tengamos la ruta neurológica asociada con un hábito, o como dice Duhigg, de la señal a la rutina a la recompensa, esa ruta siempre va a existir. Si simplemente intentamos suprimir el hábito, creo que estamos luchando una batalla perdida.
No estoy diciendo que sea imposible ejercer la fuerza de voluntad y suprimir el hábito. Sé que muchas personas dejan de comer carbohidratos de esa manera, por ejemplo. Sin embargo, en momentos de estrés recaen porque la fuerza de voluntad simplemente no siempre perdura.
La pregunta es, entonces, ¿cuál es una forma más saludable y sostenible de cambiar ese hábito? La respuesta es realmente simple - cambiarlo - crear una nueva rutina que corresponda a una señal existente para ofrecer algo similar a una recompensa existente.
El siguiente paso es insertar eso en tu vida.
El truco para cambiar un hábito es cambiar la rutina y dejar todo lo demás intacto.
Charles Duhigg llama a esto la Regla de Oro del Cambio de Hábito. (1)
La mayoría de nuestros hábitos se han producido durante tanto tiempo que ya no prestamos atención a las causas. A menudo, no entendemos realmente las señales que impulsan nuestros comportamientos hasta que los buscamos.
Digamos que queremos dejar de comer palomitas o papitas sin pensar mientras vemos Netflix en la noche.
¿Será que la recompensa que estamos buscando es satisfacer el hambre?
(Muy poco probable ya que seguramente acabamos de terminar de cenar hace un rato). ¿Es para interrumpir el aburrimiento?
(Muy poco probable también, ya que Netflix debería ser entretenido).
Si comemos algo para mantener las manos ocupadas, podemos encontrar otra rutina fácilmente, como preparar una taza de té que ofrezca la misma recompensa sin aumentar la talla de nuestra cintura.
Si identificamos las señales y las recompensas, podemos cambiar la rutina.
El tipo de hábitos que se interponen en el camino para alcanzar los objetivos de pérdida de peso puede ser difícil de identificar porque los hábitos son las cosas que hacemos sin un pensamiento consciente. Ya sea que nuestro objetivo sea cambiar los viejos hábitos, crear nuevos hábitos o un poco de ambos, debemos tener en cuenta que nuestros hábitos son una parte clave de la creación de un estilo de vida que apoye nuestro bienestar.
Los hábitos tienen una influencia importante en el éxito de la pérdida de peso a largo plazo. Vale la pena analizarlos y identificar la manera de cambiarlos.
Referencias:
(1) Charles Duhigg, The Power of Habit: Why We Do What We Do in Life and Business; 2014; Random House.
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